lunes, 15 de junio de 2009

Gaia

...los tiempos eran delgados y colgaban vacíos de un remanente, precisamente fue ahí, donde calculando la ironía, ahogó en un grito las manos que la detenían como quien desnuda al viento, como quien teje hilos de sol aprisionando los ecos del mar...el alma de mujer de oro azul...